El pasado 19 de febrero tuvo lugar en el Salón de Actos de Unicaja en Almería, la presentación de la última novela del escritor granadino afincado en Almería, José María Ortega, «Vientos mareros».
En la mesa de presentación junto al autor, estuvieron el profesor emérito de la Sorbona, Jacinto Soriano; y el editor Juan Grima.
Fue un acto muy emotivo, en el que además de acudir numerosas personalidades de la cultura y la vida social almeriense, estuvieron presentes un grupo de personas procedentes de Murtas (Granada) y Cádiz, localidades donde se desarrolla la novela, junto con la capital almeriense.
Una vez concluido el acto, los asistentes disfrutaron de un aperitivo animado con la música de una improvisada chirigota, que puso el broche a una noche entrañable.
Entrevista a José María Ortega
– Pepe Montes llega a Cádiz sin tener mucha vocación por la carrera Náutica, después de su resbalón en Filosofía y Letras y de su conflicto sentimental. ¿Usted cree que es posible ejercer esta profesión sin sentir por ella una atracción especial?
– La vida del Marino Mercante es muy dura. Tiene que habituarse a vivir en soledad y, lo que es peor, a convivir día y noche con personas que no eligió, durante largo tiempo y en un espacio vital muy reducido. Eso requiere una aptitud y una actitud poco comunes. Si a esto le quiere llamar vocación…, Pepe no la tenía.
– ¿Cuánto hay de autobiográfico y cuánto hay de ficción en la historia?
– Partiendo de la base de que toda novela lleva implícitas ciertas vivencias del autor, en esta son una gran mayoría en comparación con las ficticias, que también las hay. No voy a precisarlas, porque quiero que el lector participe en el juego de descubrir unas y otras.
– ¿Piensa usted que la vida del estudiante no varía mucho en sus detalles generales, a pesar de que los tiempos cambien?
– Salvando las circunstancias tan distintas por la época, el espíritu inquieto y el sentido lúdico del estudiante suele ser común; son raras las excepciones.
– Pepe compagina su actividad estudiantil con numerosas tertulias y pequeñas movilizaciones políticas ¿los jóvenes de ahora son igual de rebeldes y luchadores como se suelen pintar a los de la época de Pepe?
– Aquí las circunstancias políticas de la época son determinantes. Durante la dictadura, esas tertulias clandestinas, tenían el morbo de lo prohibido, situación por la que todo joven se siente atraído. No se puede considerar una heroicidad, más bien, dejarse arrastrar por la curiosidad y el espíritu de aventura. Además, la censura obligaba a agudizar el ingenio para criticar al régimen entre líneas, como se hacía con las letrillas de las “Fiestas Típicas Gaditanas”, nombre con el que se ocultaba el prohibido Carnaval. Hoy, gracias a la democracia, se puede criticar abiertamente y no hay que andar estrujándose el coco.
– ¿Cómo influye su profesión de marino en su literatura?
– Yo, en mi vida real, no he ejercido nunca la profesión de marino. Únicamente cursé los estudios teóricos en la Escuela Oficial de Náutica de Cádiz, pero, en el último curso, sufrí una fuerte depresión y hube de abandonar la carrera por prescripción facultativa. No llegué a embarcar. Por supuesto que ese ambiente ha influido en mi literatura, como acabo de reflejar en esta novela.
– La época de estudiante es la que quizás más número de personas recuerdan con cariño ¿cree usted que esto será un buen motivo para que los lectores se enganchen a este libro?
– No tengo contestación fiable a esta pregunta. Efectivamente, esa época de la vida suele resultar atractiva; pero también, cada lector tiene sus propios motivos para conectar con un texto. Mi intención, lógicamente, es que el lector disfrute. Otra cosa es que lo consiga.
– Hay muchos personajes muy peculiares en su libro, a los que el lector llega a cogerles cariño. ¿Siente usted debilidad especial por alguno en concreto? ¿Ha disfrutado en la creación de alguno en particular?
– Podría contestar con el tópico de que a todos los hijos se les quiere igual; pero he de confesar que la configuración de ciertos personajes, como “La Ambrosia”, “Toribio” o “Don Rosendo”, quizás por lo esperpénticos, resultaba más divertida que en los demás casos.
– Mar o sierra ¿con qué se queda usted?
– ¿Por qué no compaginar ambas estancias, alternándolas según la época del año? No hay que ser excluyente.
– La portada de Martín Morales es un encargo o es un buen amigo suyo? ¿Sabe que mucha gente cree que Martín Morales es de la Alpujarra, aunque en realidad es de Almería capital?
– Mi amistad con Paco Martín Morales viene de antiguo. Además de nuestro común sentimiento alpujarreño, hemos compartido el de rechazo a la Dictadura. Colaboró con una exposición de chistes antifranquistas con nuestra la Asociación Cultural Andaluza en Adra durante la Transición Política. Desde que en 1977 ilustró mi poemario “Migas con engañifa”, ha venido haciéndolo desinteresadamente: con mi relato “Lances alpujarreños”, con la escenificación “Arrastrando la silla” y, ahora, con “Vientos Mareros”. En cuanto a su almeriensismo, precisamente en la contraportada de “Lances Alpujarreños” se recoge una frase suya con la sorna que le caracteriza: “Yo no nací en la Ribera del Arauca vibrador, sino en Almería, año 1946…” y, hace ya bastantes años, recibió el premio Bayana, como almeriense de” pro”.
– En tiempos de crisis y pesimismo general ¿cree que una novela tan divertida y humana como ésta puede ser una buena inyección de ánimo y humor para los que la lean?
– La lectura, al margen de la mejor o peor calidad del texto escrito, es un ejercicio que favorece la higiene mental. Si realmente resulta divertida, como es mi intención, supongo que el efecto será positivo, aunque siempre estará en función del estado anímico del lector.
– ¿Escribirá alguna vez sus memorias sobre su experiencia política en Almería?
– Aunque hace ya más de quince años que me retiré de la vida política activa, está aún demasiado reciente para juzgarla con verdadera objetividad. No quiero implicar en mis juicios a personas que no me han dado su consentimiento. Debo ser respetuoso tanto con los compañeros como con los adversarios, sobre todo, si no tienen la oportunidad de expresar su opinión a la vez que yo lo hago.
– ¿Algún otro trabajo literario en mente?
– No sólo en mente, están ya sobre el papel, aunque no se han publicado aún, varios relatos cortos y microrrelatos. Por otra parte, tengo en proyecto la publicación con periodicidad semanal, de una serie de pensamientos breves y agudos formando terceto de 5, 7 y 5 sílabas, a la manera del “haiku”japonés, pero con rima, que he designado con el nombre de “Tridente”. Aún queda por determinar dónde y cuándo se publicará.
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